Teniendo como base esta hermosa ocasión, la Iglesia nos invita a realizar una oración por todos aquellos niños que se encuentran en el vientre de su madre. Así como el Señor bendijo a María, también bendice a todas las madres y a los niños que crecen en ellas.
También se nos invita a realizar una oración de intercesión por todos aquellos niños que, encontrándose en el vientre de su madre, se les quita la posibilidad de nacer, de crecer, de ser felices, atentando contra la vida de las personas más indefensas, de aquellas que aún no tienen voz para defenderse por sí mismos.
Le pidamos a Dios que bendiga y proteja a todos los niños del mundo, que todos tengan las mismas posibilidades.